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Cómo explicar la muerte a los niños

como explicar la muerte a los niños

Si la muerte es complicada de entender para los adultos, imagina lo que supone para los más pequeños de la casa. Explicar la muerte a los niños, ha sido siempre uno de los temas que más inseguridad y dudas ha generado en los adultos. En ocasiones, solemos creer que evitar hablar de ello o crear un escenario demasiado fantasioso es lo mejor, pero la realidad es completamente contraria. Como personas de referencia para los más pequeños, debemos estar preparados para dar respuesta a sus dudas, por lo que hoy intentaremos darte algunos consejos sobre cómo comunicarles la pérdida.

La muerte siempre ha sido considerado un tema tabú, especialmente si se debía tratar con niños y niñas. Si surge de forma inesperada, esto nos suma un extra de presión como personas responsables, ya que debemos además explicar una situación que también resulta incomprensible para nosotros mismos. Antes de dar ninguna explicación, es importante tener en cuenta que cada edad tiene desarrolladas una serie de capacidades. Las edades más pequeñas, hasta los dos años, únicamente son capaces de percibir la falta de una persona si era un pilar de referencia, como su madre o su padre. Les puede afectar en sus hábitos, pero se podrá mitigar esa intranquilidad manteniendo su rutina habitual en todos los sentidos.

A partir de los dos, y hasta los cinco años, cuentan con un pensamiento muy literal, por lo que es importante ser claros con nuestro mensaje. Como comentábamos al principio del post, podemos creer que crear escenarios idílicos como que la persona ‘se ha ido de viaje’ o ‘está descansando’ es lo mejor para el momento. Ahora bien, con su pensamiento tan litera, concebirán esta pérdida como algo temporal y pasajero, por lo que pueden no llegar a entenderla del todo. Contestar con sinceridad será clave para no afectar a su forma de gestionar lo que supone la muerte en el futuro.

Desde los seis hasta los diez años, los niños ya pueden percibir la muerte como algo irreversible, y este sentimiento puede estar acompañado de un miedo a que suceda. Tanto en esta etapa como en la anterior, los pequeños plantearán muchas preguntas, pero en este punto serán más complejas que en el anterior. Al igual que en las edades previas, la confianza y la sinceridad serán clave, pero ten en cuenta que aquí las preguntas serán más complicadas y, por tanto, sus respuestas.

Hasta los 13 años, ya son capaces de entender el concepto permanente de la muerte y puede aparecer el sentimiento de que nunca se superará ese dolor. Aquí será muy valioso trabajar la capacidad de mostrar nuestras emociones. Todos sabemos que a medida que los niños crecen, es habitual que repriman sus emociones y se muestren más distantes. Comparte con ellos tus sentimientos, abre tu corazón y dales la confianza de que ellos pueden hacer lo mismo sin sentirse juzgados.

Es fundamental transmitirles desde pequeños que mostrar sus sentimientos no es algo negativo para que no lo conciban como una debilidad. Evitar el tema y hacer como que no pasa nada, solo les transmitirá la idea de que deben reprimirse y les afectará no solo en esta importante etapa, sino también en el futuro.

Como vemos, cada edad necesitará de una atención y una comunicación diferente. Recuerda que para los más pequeños, los adultos somos modelos a seguir, somos su guía y quienes les acompañarán en su crecimiento personal. Contar la verdad adaptando nuestra comunicación a su capacidad para entender el mundo, les será de gran ayuda para saber cómo gestionar la pérdida. Explícales que la muerte forma parte del ciclo de la vida, que es algo natural y que esa persona ya no estará con vosotros.

No te sientas mal si tu primer instinto es evitar el tema o no ser tan explícito con el concepto de lo que supone la muerte, es normal que intentes proteger a los más pequeños del dolor y sufrimiento de asumir la pérdida, pero eso no puede llevarnos a dar explicaciones erróneas. Piensa que los niños se hacen preguntas constantemente y tienden a dar sus propias respuestas cuando no saben con certeza la realidad. Un gesto que creemos que les está ayudando, les puede llevar a percibir la situación de una peor forma que si un adulto les explica la situación.

Por último, recuerda que si notas que tras la pérdida, el niño ha sufrido un gran cambio en su forma de ser o su actitud, acudir a un psicólogo infantil siempre será una buena idea.

Desde Funeraria Magdalena, esperamos haberte ayudado a explicar la muerte a los niños💜

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