El olor en un espacio nos puede transportar a otros entornos, mejorando, en proporción, nuestros sentimientos dentro de un tanatorio. Por ejemplo, el olor a fresco nos transporta al mar o a la montaña, el olor a dulce nos transporta a una tienda de golosinas… Por ello, algunos olores pueden causar un efecto psicológico positivo en nosotros para sentirse en un entorno relajado.
Desde Funeraria Magdalena queremos darle a este aspecto la importancia que merece. Es por ello que en nuestras instalaciones tratamos de mantener un buen aroma, que refleja tranquilidad y aspectos positivos en el ambiente, un efecto psicológico necesario para pasar estos momentos tan duros.
El olor y los sentimientos
El olfato como tal es un sentido que hemos desarrollado para nuestra supervivencia. El olor a humo, nos alerta de que hay fuego. El olor a comida nos hace salivar, sabemos que hay comida cerca. Por consecuencia, otros olores nos pueden transmitir diversos sentimientos o reacciones. El cuerpo humano es capaz de recordar más de 10.000 tipos de olores, e identificarlos o relacionarlos con algo.
Con esta información, algunas empresas utilizan los olores, llamados odotipos, para garantizar una mejor estancia en el local. Se sabe que de un recuerdo, el 35% de lo que se huele, nos lleva directamente a él, y por ello es una forma de mejorar el entorno.
¿Qué nos trasmite un olor?
El ambiente que se percibe en una empresa funeraria, la mayoría de veces, nos lleva a recordar flores, como las gardenias o el sándalo. Ya que es cierto que algunas de estas especies se colocan en las coronas florales. Entonces, si creamos un olor y ambiente más agradable y relajado, ¿podemos cambiar esa percepción?
Existen diferentes fórmulas que garantizan la sensación de relajación, de confianza o de serenidad. La sábila, la vainilla o la lavanda, por ejemplo, transmiten estas percepciones. De forma inconsciente se pueden ayudar a mitigar las situaciones de estrés o de ansiedad.
Desde Funeraria Magdalena nos preocupamos mucho por mantener un ambiente agradable. Transmitir valores positivos y de relajación, de paz y de serenidad. Valores que, en momentos difíciles, pueden hacer pasar ese tiempo de una forma más relajada.