El duelo desautorizado, también conocido como duelo silente o prohibido, se refiere a la experiencia de pérdida que nosotros mismos, nuestro entorno o la sociedad nos niegan o nos fuerzan a no expresar de la manera que necesitaríamos. Este fenómeno tiene diversos condicionantes, siendo uno de los principales un conflicto interno que alimenta la desautorización.

Cuando somos nosotros mismos los que deslegitimamos nuestras emociones frente a una pérdida, esto suele estar vinculado a un conflicto interno. Por ejemplo, una persona que actualmente tiene pareja pero aún no ha superado el duelo de una ex pareja puede experimentar conflictos internos, como la sensación de traicionar a su pareja actual. En estos casos, es crucial abordar estos conflictos en terapia para liberarse de cargas emocionales innecesarias.

En ocasiones, la desautorización del duelo proviene del entorno, ya sea a nivel social o individual, donde existen conflictos emocionales y dificultades para manejar las propias emociones. En estos casos, el entorno puede deslegitimar tanto el motivo del duelo como la forma de expresarlo, así como los tiempos y ritmos de la persona que lo vive.

Es fundamental comprender que, si te encuentras en duelo y no te sientes apoyado, la falta de apoyo probablemente no esté relacionada contigo. Todos tienen el derecho de expresar y vivir su proceso de duelo de la manera que necesiten. Si sientes que estás enfrentando el duelo en soledad, busca ayuda fuera de tu entorno, ya que el acompañamiento emocional es esencial en cualquier proceso de duelo. Negar la existencia del problema puede conducir a un duelo patológico, por lo que es crucial abordarlo de manera adecuada.

Un ejemplo común de duelo desautorizado ocurre en el ámbito sanitario, especialmente entre médicos que, en muchos casos, no reciben formación para el acompañamiento emocional en situaciones de pérdida. La desautorización por parte de una figura de autoridad, como un profesional de la salud, puede tener un impacto aún más significativo en el bloqueo emocional del doliente.

Es esencial destacar la importancia del respeto hacia aquellos que están en duelo debido a una pérdida. Menospreciar, ridiculizar o negar la existencia de la pérdida constituye una falta de respeto hacia el doliente. Es crucial reconocer que la falta de respeto en el acompañamiento emocional en situaciones de duelo no se tolera en otras áreas de las relaciones humanas, y debería ser igualmente inaceptable.

Tipos de duelo desautorizado

Cuando una pareja se entera de que está esperando un hijo, comienza un proceso en el que se proyecta en el futuro como familia. La pérdida de un embarazo puede ser desautorizada si se minimiza la importancia de la pérdida, se utilizan frases insensibles como “si venía mal, mejor así”, o se niega el reconocimiento del hijo/a que pudo haber sido.

La pérdida de capacidades debido al envejecimiento puede ser un proceso difícil de aceptar. La desautorización del duelo en este caso ocurre cuando se falta al respeto de los ritmos de la persona que experimenta la pérdida. Los hijos pueden centrarse en lo que la persona ya no puede hacer, mientras que la autoridad médica puede normalizar la pérdida sin ofrecer opciones de mejora. Respetar los ritmos y aceptar los cambios que vienen con la edad es crucial para adaptarse a la nueva realidad.

En los casos de fallecimiento de familiares ancianos, puede haber un proceso de duelo más progresivo, pero no debe confundirse con la negación del duelo. Es fundamental realizar un proceso de duelo, incluso si la pérdida fue esperada debido al deterioro progresivo. Validar y respetar el proceso de duelo es esencial para la salud emocional.

La pérdida de una mascota a menudo no se percibe como una pérdida legítima, lo que puede llevar a la desautorización del duelo. Frases como “si total es un perro” desacreditan el dolor que se siente. Es importante reconocer y respetar el duelo por la pérdida de una mascota, ya que puede ser tan intenso como el duelo por la pérdida de un ser humano.

El duelo desautorizado es una experiencia común pero desafiante. Reconocer la importancia del respeto hacia aquellos que están en duelo y buscar apoyo emocional son pasos fundamentales para afrontar de manera saludable este proceso. La desautorización del duelo sólo perpetúa el sufrimiento y puede llevar a complicaciones emocionales a largo plazo.