Los ciudadanos españoles suelen contratar seguros para salvaguardar financieramente a su familia. Entre los más comunes suelen estar el seguro de coche, el seguro sanitario o el seguro del hogar. Pero también tienen muy buena acogida los relacionados con sucesos funerarios: el seguro de vida y el seguro de decesos. La finalidad es la de garantizar una tranquilidad económica posterior al fallecimiento del contratante. Pero dicha tranquilidad puede venir de diferente forma, ya que no es lo mismo contratar un seguro de vida que uno de decesos. De hecho, se diferencian más que se parecen.
El seguro de vida
Cuando se contrata un seguro de vida, el tomador respira tranquilo para el momento en que ya no esté. El seguro de vida ofrece una indemnización económica importante repartida en una o varias cuotas. Estos parámetros se configuran en el momento de la firma del contrato, pensando en el suceso del fallecimiento.
El seguro de vida tiene dos modalidades:
- Fallecimiento. También denominado Seguro de Riesgo.
- Supervivencia. También denominado Seguro de Ahorro.
- Mixtos. Es un producto que mezcla las modalidades anteriores.
El seguro de Decesos
El seguro de decesos se encarga de todos los trámites y costes que se derivan del fallecimiento. Este seguro comprende determinados servicios funerarios y administrativos. Algunos incluyen en sus pólizas el traslado del cuerpo del fallecido, cobertura en viaje o accidentes.
En qué se parecen los dos seguros
- Los dos seguros están relaciones con el fallecimiento del tomador del seguro. Este hecho es el que mas confusión genera.
- El riesgo a cubrir es el mismo: un importe económico derivado de la pérdida de una vida.
- Ambos incluyen extras o servicios adicionales en sus coberturas. Por ejemplo, la asistencia médica, hospitalización o hasta la repatriación del cuerpo.
Las diferencias
- El seguro de decesos tiene como función aligerar la cargar económica de los familiares ante un fallecimiento. El seguro de vida tiene una función a posteriori, que garantiza una tranquilidad económica después de la muerte. La temporalidad es la principal diferencia en este aspecto.
- El seguro de decesos cubre gastos de carácter funerario, como los costes del sepelio. El seguro de vida cubre los gastos relacionados con la economía del hogar, como una hipoteca, un préstamo o la escolaridad infantil.
- El seguro de decesos tiene una gratificación inmediata, por lo que los seres queridos no tienen que asumir ningún coste del fallecimiento. Con el seguro de vida la indemnización no es inmediata, por lo que en general no suele relacionarse con los servicios funerarios.
Estamos cerca de ti
Si te has quedado con alguna duda sobre qué seguro contratar, o si directamente te merece la pena contratar alguno, puedes contactarnos en Funeraria Magdalena y estaremos encantados de ayudarte.